martes, 19 de enero de 2010

El robot que pensó. (cuento)

Había una vez, como de costumbre, una mujer aburrida e insatisfecha, pero bastante inteligente, experta en mecánica y en el arte de demostrarse católica.
Sola pasaba los días esperando que su marido regresara de trabajar, luego esperando que se relajara y comiera, más tarde también esperaba que él terminara de dormir pero nunca llegaba. Se cansó tanto como para idear un proyecto que le cambiaría la vida.
Cuando despertó Raquel esa mañana fue corriendo a comprar muchos y diversos materiales, abrió sus empolvados libros y se dispuso a construir robots...robots de compañía. Tras su laborioso día emergieron tres criaturas divinas, serviciales, eficaces y útiles a los cuales mareó con historias sobre lo buena persona que ella había sido durante todos esos años (para qué ser bueno si no lo podés contar, no?), les dio directivas sobre sus debidos comportamientos, les enseño a acatar sus órdenes, etc.
Años más tarde, aquellos tiernos aparatos llamaron la atención de todo el barrio, especialmente la de los niños, quienes visitaban la casa un par de veces al mes para experimentar relacionarse con esos espectaculares inventos.
Carol, una de las niñas de la cuadra, se encariñó bastante con el mayor de los robots, Aristóbulo. Éste la seguía a todas partes sirviéndola en sus necesidades, haciendo monerías para lograr una sonrisa en su lindo rostro humano. Tal fue la conexión entre ellos que él comenzó a elegir por sí mismo omitir órdenes de su creadora y realizar actividades que lo acercaban cada vez más a su amiguita.
La tarde en que Raquel se sentó en su sillón para disponerse a ver televisión, llamó a Aristóbulo para que le hiciera compañía y éste no respondió, lo llamó cinco veces pero siguió sin obtener respuesta. Rápidamente lo buscó pensando que se había descompuesto pero cuando lo encontró, él estaba contemplando una foto de Carol.
La determinante mujer intentó obligarlo a obedecer sus órdenes, pero el mayor de los robots contestó:" prefiero hacer ésto que ir a ver televisión".
La creadora se desveló tratando de solucionar el problema que veía en su invento: le cambió partes, desatornilló, atornilló, soldó, golpeó, reseteó, pero Aristóbulo nunca volvió a ser el mismo.
Los otros robots la ayudaron ,tirándole datos, a concluir que el problema había sido la influencia de Carol. No lo pensó dos veces y la eliminó de la faz de la tierra.

Nunca se supo por qué la creación más perfecta de Raquel un día empezó a pensar, a decidir, a sentir, tal vez sólo actuó el destino. Pero lo que sí se supo fue que la primera vez que Aristóbulo odió, fue a Raquel. Y se marchó, para volver a sentir amor.